Propuesta de Shoma Morita.
La idea de poner caos en nuestro orden para remover y proponer un cambio me parece efectiva e incluso ¡saludable!.
El desbarate vital es una oportunidad para sentir, comprender, refocalizar y aprender. Para cambiar y descartar lo que ya no es necesario.
Como cuando cambias de lugar los muebles en tu casa, te sirve para limpiar, reordenar y los cambios introducidos te ayudan a contemplar posibilidades diferentes de habitar tu espacio. Se mueve la energía y te mueves tú.
Dicho esto, te diré que el caos puede resultar buen compañero de viaje si lo sabemos gestionar al igual que puede convertirse en un lastre y provocarnos una marejada emocional que nos desborde en su gestión.
Me explico,
Hay momentos en los que sientes que tu vida se tambalea y pareciera que se va a ir al garete.
En estas circunstancias, gestionar la oleada de emociones que te puede embargar se hace tarea complicada.
Shoma Morita psiquiatra japonés contemporáneo de Sigmund Freud, fundador de la terapia Morita y conectado con la sabiduría Zen, fue revolucionario en su época puesto que proponía la aceptación como camino. Su propuesta incluye los siguientes pasos:
Aceptar tus sentimientos, no hacerlo puede reforzar el bucle emocional y de pensamientos en el que te encuentras. Acoger, no evitar. Morita decía que con los sentimientos “es mejor ser rico y generoso”.
Qué no te asuste o incomode lo que sientes, es sabiduría, aprendizaje, eres tú.
Conoce tu propósito, que él sea el astrolabio (por utilizar un término marino ya que de emociones hablamos) que te guíe y te ayude a gestionar estos momentos.
No se trata de controlar los acontecimientos si no aprender a gestionar como reaccionamos ante ellos, volver, una vez más, la mirada hacia nosotros.
Haz lo que hay que hacer, actuar, entrar en acción, es una buena manera de luchar contra los pensamientos rumiantes… es a través de la acción, de la propia experiencia vital, que se nos facilitan el aprendizaje y la integración. Actuar ayuda a rebajar el nivel de ansiedad porque te sientes útil, sientes que estás tomando las riendas.
La terapia Morita incluía ideas basadas en la meditación Naikan que plantea tres preguntas para que se haga quien la practique:
¿Qué he recibido de la persona X?
¿Qué he dado a la persona X?
¿Qué problemas le he causado a la persona X?
Hacerse estas preguntas supone asumir la responsabilidad de lo que nos sucede y no colocarla fuera, en los demás.
Esta terapia no va a eliminar los síntomas va a aceptar de manera natural nuestros miedos, nuestras inseguridades.
Carl Jung decía “A lo que te resistes persiste, lo que aceptas te transforma”
Mi experiencia personal me dice que así es.
Termino mencionando a Thich Nhat Hanh:
“Hola Soledad ¿cómo estás hoy?, Ven, siéntate a mi lado y te cuidaré”
¿No suena distinto y evocador acoger así tus emociones, darles su lugar en ti?