Soy Teresa Rosete

Te ofrezco la honestidad de haber hecho el camino al que te invito y por el que, quizás, me estás leyendo. Sé que no es fácil, que duele, que también disfrutas, que es pura vida, porque pura vida es descubrirte, amarte, reconciliarte contigo, asentarte en tu lugar, el que anhelas, que ya tienes y quizás no acabas de sentir; porque pura vida es encontrarte con el otro, pareja, hijos, amigos, padres, desde esa posición; porque pura vida es llegar a la certeza de ti misma. Porque pura vida es… VIVIR, con certeza.
Te ofrezco un encuentro a dos, amable, confortable, donde podamos tener nuestras charlas conscientes, libre de juicio y adjetivos, donde se habilite la expresión de cualquier realidad, emoción y sentimiento, y que su expresión compartida en este espacio íntimo vaya creando el camino a seguir.

Te ofrezco humor, buen humor, que a mí me ha ayudado tanto en mis compresiones y precisamente una de ellas es la de saber que el proceso de vaciarse puede hacerse tanto dramatizando como desdramatizando y ambas nos pueden llevar a tocar fondo de igual modo. Simplemente hay que dejarse llevar, fluir y conectar con la manera en la que nos veamos capaces de manifestarnos. Por eso mismo…
…te ofrezco aceptación, radical, de raíz, de ti y de tus maneras, y de lo que quieras mostrar, y de lo que no quieras, o no sepas, o simplemente no puedas.
Te ofrezco mi tiempo para ello, mi intención y atención, mis ganas de compartir contigo lo que sé y sabré (porque no tengo ninguna intención de dejar de vivir aprendiendo) sin maestrías, pero sí con la competencia y responsabilidad de haberme preparado para ello.
Te ofrezco calma y respeto a tus ritmos. Tú sabrás cuándo es suficiente, cuándo quieres un respiro definitivo o pasajero, tú sabrás cuando está bien para ti.

Te ofrezco poner caos en el orden y mantenerse en el atrevimiento de desmontar creencias en las que nos sentimos atrapados; para ello se hace necesario, a veces, abandonar nuestro orden establecido y dejar paso al caos que nos mueva y conmueva y después de haberse mantenido ahí, cuando la calma llega, porque llega, abordar la re-construcción.

En lenguaje transpersonal se llama deconstruir el ego.